En el anterior post hablábamos sobre las emociones, como se desencadenan, que efectos producen, y como gestionarlas.

Solo por un momento piénsalo, dale una vuelta y si te apetece, toma notas.

La emociones básicas son inmediatas: ira, tristeza, alegría, miedo, sorpresa y asco.

Las secundarias que se generan después de procesar las anteriores como vergüenza, culpa, orgullo, ansiedad, celos, ilusión…etc.

Además podremos calificar en emociones motivantes o paralizantes.

Sabiendo que la primera emoción es inmediata, que me viene sin avisar, que la siento de forma automática….no me enfadaré conmigo misma por sentir «eso», lo que sea que sea.

Sabiendo que esa reacción inmediata puedo canalizarla y transformarla en una emoción secundaria y, que después de filtrarla puedo obtener un «sentimiento» agradable…

Ese sería el trabajo personal, gestionar las emociones para que los sentimientos, elaborados mentalmente y más duraderos en el tiempo, sean los que queremos tener.

Te animo a hacer el siguiente ejercicio:

Elige una emoción que no te guste, un sentimiento que no quieras sentir…

¿Te gustaría transformarla?

– Busca el origen de ese sentimiento, que ha ocurrido? qué lo provocó?

– Conéctalo con el pensamiento que ha venido,

– Tira del hilo conductor que ha generado el pensamiento, la creencia (valores familiares, éticos, religiosos, etc), lo que lo ha traído a tu mente.

¿Lo tienes?

Has tenido el mismo sentimiento otras veces, relacionado con la misma emoción? cuando? como? re-siente un momento

Respira y relaja tu cuerpo, ahora:

– Intenta describir lo que te ha sucedido como si le hubiera pasado a otro, como si lo ocurrido lo hubieras visto por la ventana y se lo estuvieras comentando a alguien, ¿Cómo te sientes?

– Ahora describe lo ocurrido en primera persona, desde ti, desde tu propio observador. ¿Cómo te sientes?

– ¿Qué dirías que desencadena esa emoción? ¿Cómo te gustaría reaccionar ante esos estímulos?

Entramos en Meditación…y

Este es el comienzo para gestionar emociones