Nohora M. Parga, la autora de «El Gozo de Existir», tuvo una hemorragía cerebral en octubre del 2012, una semana después de comenzar el curso de Reiki I conmigo. Aquí comparto una entrevista que le hice hace poco tras la auto -publicación en Amazon de

 
 
Espacio Plural Kerala: En tu libro lo explicas, pero para quienes no lo han leído aún
¿Por qué te decidiste a hacer el curso de Reiki?
 
N.M. Parga: Estaba desesperada con la situación que vivía en el trabajo y me encontraba muy mal de ánimo y de salud. El médico de la seguridad social me había recetado ansiolíticos y antidepresivos. Había ido a una psicoanalista durante 8 meses, pero seguía hundiéndome y sentía que necesitaba probar otra opción.
Vi la luz cuando tú me mencionaste que también habías sufrido acoso laboral y que las terapias alternativas te habían ayudado a superar el mobbing y a cambiar el rumbo de tu vida.
Además, me gustó entender el reiki como la energía del amor, no sólo como una técnica de imposición de manos. Pienso que soy responsable de mi propia sanación y el reiki me ayuda en ese proceso de “empoderamiento curativo”, por llamarlo de alguna manera.
 
Espacio Plural Kerala: ¿qué sentiste en esa primera semana de reiki?
 
N.M. Parga: al principio lo practicaba dos veces al día y me sentía mucho mejor. Me parecía curioso observar cómo mi cuerpo reaccionaba al cambiar las manos de posición. Cuando las ponía sobre el chakra de la garganta me salían lágrimas. Mis manos se calentaban muchísimo al desplazarlas sobre el hígado. A veces algún músculo se movía sin que yo lo decidiera. Sobretodo, me relajaba y sentía paz.
El reiki me ayuda a escucharme y sentirme en silencio, a intentar comprender el lenguaje de mi cuerpo.
 
Espacio Plural Kerala : al saber que habías tenido una hemorragia cerebral depués de una semana del reiki me asusté, aunque supiera que el reiki es siempre para bien y, consulté con mi maestra. Si te había sucedido era porque te tenía que pasar, y seguías viva, ¿que opinas?
 
N.M. Parga: sí, estoy de acuerdo. Tenía una malformación arteriovenosa congénita y no lo sabía. La heredé de mi abuelo materno. Tenía que vivir este desgarre físico y emocional, para dar paso a otra etapa de mi vida y a un estado de consciencia más elevado. Por eso me gusta tanto la metáfora del gusano que se convierte en mariposa, porque es un proceso de metamorfosis. A pesar del dolor, del entumecimiento, de las secuelas, para mí el ictus ha sido un gran aprendizaje y estoy muy agradecida de seguir aquí, de esta segunda oportunidad de vida.
 
Espacio Plural Kerala: ¿y cuando volviste a practicar reiki?
 
N.M. Parga: varios meses después de la segunda cirugía. Me daba un poco de susto, pero una amiga de la infancia, quien también practica reiki, me animó a recomenzar, me dijo: “el reiki es la energía del amor y no puede hacerte daño. Lo que pasó te tenía que pasar. Tu ictus ha tenido un gran eco en mi vida, y voy a hacer grandes cambios,
gracias a ti comprendí que me estaba muriendo en vida.”¿Quién dice que no después de estas palabras?
Así que lo volví a intentar. Los primeros días, cuando ponía mis manos sobre el corazón, me ardía la cicatriz de la primera cirugía, la herradura sobre la oreja izquierda. Sentía que me quemaba, pero ya no tenía miedo, sabía que me estaba sanando.
 
Espacio Plural Kerala: ¿y sigues practicando reiki?
 
N.M. Parga: sí, todos los días. Es mi momento de paz y relajación. Es una delicia, un viaje interior, un regalo de mí para mí con amor (risas).
 
Espacio Plural Kerala: aunque en tu libro lo cuentas todo con bastante detalle ¿hay algo que quieras destacar de toda esta experiencia?
 
N.M. Parga: es difícil escoger solo un aprendizaje o experiencia reveladora. Me gustaría destacar el poder de la gratitud, que es una forma de amor y el camino hacia la felicidad. Y una vivencia inolvidable fue la experiencia mística que viví después de la segunda cirugía, que describo en el segundo capítulo de  El Gozo de Existir. Fue un despertar que me llenó de esperanza y me quitó el miedo a la muerte. Somos polvo de estrellas y en polvo nos convertimos cuando el cuerpo muere. Lo que nos duele, mientras estamos apegados al cuerpo, es dejar ir, separarnos de las
personas que amamos. Pero al cambiar de estado de consciencia esto ya no importa porque vemos que no hay separación, que no hay “yo”, que nada es “mío”.
 
Espacio Plural Keralay para terminar, ¿cuál es tu cita o frase favorita? Porque en el libro incluyes una al inicio de cada subcapítulo.
 
N.M. Parga: hay una cita de Buda que me gusta mucho, porque es en sí una filosofía de vida, y que me dijiste tú al terminar el segundo nivel de reiki: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”.
Tal vez no podamos modificar lo que nos sucede, pero sí podemos escoger cómo lo vivimos. Yo escogí aprender del dolor a través del amor. Y el dolor pasó.
 
Me gustaría terminar esta entrevista agradeciendo a Nohora M. Parga todas las enseñanzas que me ha regalado durante este tiempo de amistad, me siento muy afortunada de poder disfrutar de su luz, acompañamiento y sabiduría.