Cuando decimos ‘sí’, en consciencia plena y con el corazón.

Cuando pensamos en el sí, casi inmediatamente nos vienen en esos «síes» que salen de manera automática, casi sin pensar y que nada tienen que ver con tu espacio personal.

Y por ende, nos vienen a la cabeza  todos esos  “noes” que hemos dejado de decir y los límites que nos faltó poner.

Esos «noes» que  cuando iniciamos los procesos de coaching, nos toca recordar a nuestros clientes que existen y que tienen capacidad para decir, aunque no lo crean. Aquellos que nos resultaba tan sencillo decir cuando éramos niños y que poco a poco se han ido olvidando.

De alguna manera decir no, puede parecernos que vamos a ser juzgados negativamente y/o poco valorados. Tiene que ver con creencias que vamos incorporando desde pequeños: hay que ser amables, agradables, simpáticos para ser aceptado, queridos y valorados. Aspectos todos ellos que a veces nos hacen mucha “pupita”, llegando incluso a olvidarnos de nuestras propias necesidades.

Después, cuando ya hemos aprendido a decir NO, amablemente, sin dañar, explicando los motivos, razonando, dando opciones, proponiendo posibilidades, etc., y nos sentimos satisfechos con nuestra decisión……

Toca aprender a decir SI, de verdad, desde el corazón. 

Y que tiene de diferente? Para mí es un decir sí fuera de todo convencionalismo. Es cuando hacemos las cosas de verdad, porque las sentimos y nos apetece hacerlas, nada de quedar bien o parecer estupendos y maravillosos.

Cuando decimos SI desde el corazón, es una gran responsabilidad para con nosotros mismos. Entenderemos los espacios, los tiempos y los cuidados que necesitamos para sentirnos bien. Sabremos los pasos que tendremos que dar, las personas en que nos apoyaremos, y a las que daremos apoyo, los proyectos que nos iluminan, …

El primer paso ya está hecho, incorporado la noción de nuestros límites, de su permeabilidad y elasticidad.

Ahora toca recorrer un camino de auto-conocimiento y cambio.

Aceptando que nos podemos permitir decir Sí, calibrando lo que nos conviene, disfrutando con el camino que vamos recorriendo, percibiendo la fuerza que nos da, mutando nuestras propias decisiones, transformando y adoptando nuevas creencias.

Dilucidando si estamos en coherencia cuerpo y emoción: alegría, tristeza, rabia, ira

Acogiendo la alegría y la tristeza, lo bello y lo feo , la luz y la oscuridad, la armonía y el caos, etc. porque todo es parte de nosotros mismos…