El Shiatsu es una de las terapias preventivas que mejora el sistema inmunológico, tonifica los músculos y flexibiliza las articulaciones, por lo que durante el embarazo es una práctica tan recomendable como la natación, el Pilates o caminar.
El Shiatsu se basa en la medicina tradicional china y evoluciona en Japón donde se profundiza más en el conocimiento de la anatomía y fisiología.
Utiliza las presiones siguiendo los meridianos energéticos que recorren nuestro cuerpo, dentro de los que se encuentran los puntos de acupuntura. Por esta razón es más profundo el efecto, ya que además de presionar el punto se recorre con las presiones todo el canal energético equilibrándolo por completo.
De esta manera el Shiatsu en el caso concreto de las mujeres embarazadas es efectivo en dos campos, tanto en el físico como en el emocional.
Por una parte en el plano físico, ayuda a aliviar los dolores propios del embarazo como dolores de espalda, ciática, problemas en la digestión, de sueño, hinchazón de piernas, etc…
Por otra parte, contribuye también al equilibrio y armonía entre la futura madre y el bebé generando una sensación de serenidad y tranquilidad que facilitará y favorecerá el parto.
Además después del parto puede ser muy útil para apoyar a establecer la lactancia y para prevenir la depresión post-parto.